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Channel: Theliel – Alma Oscura
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DNS Over HTTPS/TLS: Encriptado del tráfico DNS

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A lo largo de los años, la mayoría de los protocolos “base” con los que se constituyó el Internet que hoy conocemos han ido evolucionando, algunos más algunos menos. Es cierto que la base en la que se sostiene es a groso modo la misma, pero no así los protocolos que están encima de la mesa. El mejor ejemplo es el propio protocolo HTTP, que aunque parezca muy antiguo, realmente su primera especificación es de 1991. Vale, son 27 años, pero Internet podemos datarla más o menos por 1980. Sí, a día de hoy el protocolo HTTP es la base de toda la Internet navegable, pero muy poco queda de esa primera especificación de 1991. En 1996 aparecería la especificación HTTP/1.0, en 1999 HTTP/1.1 (la más usada a día de hoy) y en 2015 HTTP/2.0. HTTP ha evolucionado y es posible que continúe haciéndolo, y HTTP/2.0 ofrece grandes mejoras en todos los aspectos frente a especificaciones más viejas.

HTTPS apareció en 1992, un modo ingenioso, práctico y seguro de poder enviar/recibir la información HTTP de forma cifrada punto a punto, es decir, se cifra y descifra en origen, permitiendo conocer si ha existido manipulación en medio y además añadiendo identificación de las partes por medio de certificados digitales. Ahora, en 2018, HTTPS lo vemos como imprescindible, y con los certificados digitales más a mano que nunca hemos visto como el % de webs que lo han implementado se han disparado. ¿Por qué? Porque después de años de hartazgo de las propias instituciones gubernamentales, de fallos de seguridad, de robos de datos… ahora somos más desconfiados que nunca, y nos gusta pensar que, aunque lo que estemos mirando en Internet sea donde comprar un colchón, nadie va a poder saberlo (Bueno, todo tiene sus limitaciones, claro). Realmente su importancia principal fue y ha sido y será, debido al intercambio de datos privados entre usuario y servidores. Desde usuarios y contraseñas, direcciones postales, tarjetas de crédito, expedientes médicos… todo. Cualquier información que no vaya cifrada punto a punto corre el riesgo de ser leída… y ya no solo por posibles “cucarachas” que se conecten a nuestra red interna, sino (y siendo un poco conspiranoicos), gobiernos, entidades, los mismos ISP…

Pero si existe otro protocolo de igual importancia en Internet, o incluso más, es sin duda el protocolo DNS (siempre por supuesto hablando de protocolos a nivel de aplicación).

 

DNS

Lo primero que debemos de tener en Internet es, como todo el mundo sabe, una IP. Una IP es un identificador numérico que no solo nos hace accesible desde el exterior, sino también poder ir a cualquier rincón de Internet. Las IPs son las verdaderas direcciones en Internet, pero en cambio rara vez tenemos que usarlas. El 99% del tiempo que estamos en Internet, nos valemos de un sistema de nombres (aka dominios) para poder acceder a un servicio/sitio u otro. ¿Por qué? Porque nuestra mente, nuestro cerebro, se le da infinitamente mejor recordar nombres o cadenas de caracteres que una sucesión de números. Para nosotros es infinitamente más sencillo recordar “google.es” que “216.58.201.163”. Basados en esta premisa fundamentalmente, se creó un sistema de nombres (de dominios), llamado DNS (Domain Name System).

Posiblemente el protocolo DNS es de los más sencillos de entender. DNS funciona como un “traductor”, algo así como unas páginas amarillas gigantes. Cuando introducimos un nombre de dominio … Leer Más...


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